sábado, 11 de septiembre de 2010

Mitos, sueños y misterios, M. Eliade (4)

Mircea Eliade, Mitos, sueños y misterios, Ed. Grupo Libro 88, pp. 83-84:

«El candidato termina por obtener el "rayo" o la "iluminación" (qaumeneq), y esta experiencia mística que es decisiva, funda a la vez una nueva "sensibilidad" y le revela capacidades de percepción extrasensorial. El qaumaneq consiste "en una luz misteriosa que el chamán siente repentinamente en su cuerpo, en el interior de su cabeza, en el propio corazón del cerebro, un faro inexplicable, un fuego luminoso, que lo vuelve capaz de ver en la oscuridad, en lo real tanto como en lo figurado, por cuanto ahora logra, aun con los ojos cerrados, ver a través de las tinieblas y percibir cosas y acontecimientos futuros, ocultos a los demás humanos; puede, de esta manera, conocer tanto el porvenir como los secretos de los demás". Cuando el candidato experimenta por vez primera esta "iluminación", le ocurre "como si la casa en la que se encuentra se elevara de pronto; ve muy lejos frente a él, a través de las montañas, exactamente como si la tierra fuese una gran llanura y sus ojos tocaran el confín de la tierra. Ya nada queda oculto ante él. No sólo puede ver muy lejos sino que puede incluso descubrir a las almas que han volado, así estén guardadas, ocultas en extrañas regiones lejanas, o hayan sido llevadas a lo alto o a lo bajo en el país de los muertos.»

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