viernes, 30 de julio de 2010

Filosofía antigua, misterios y magia, P. Kingsley (4)

Peter Kingsley, Filosofía antigua, misterios y magia, Ed. Siruela, pp. 480-481:
«Una última consideración, que es, sin embargo, la más importante de todas: dondequiera que abordamos el fenómeno de las tradiciones esotéricas, vemos, una y otra vez, que en ese marco lo que importa no son las ideas o doctrinas, sino la capacidad que cada uno de nosotros posee para descubrir la realidad de dichas ideas y enseñanzas y apropiárnoslas. En el plano teórico, ello significa también recalcar que ideas supuestamente esotéricas acerca del universo y del hombre son un secreto a voces porque la finalidad de la enseñanza verdaderamente esotérica no es la de llenar la mente del discípulo o alumno con teorías fascinantes, sino la de ofrecerle la oportunidad de convertir dichas ideas y teorías en algo real. En otras palabras, la función de dicha enseñanza es darle cada vez menos ofreciéndole más y más aspectos prácticos. Y desde un punto de vista más práctico, cuando leemos testimonios de encunetros con tradiciones esotéricas y de obediencia a una disciplina esotérica, es frecuente que el autor de dichos testimonios se queje porque cree recibir menos doctrina o enseñanza que las personas ajenas a dichas tradiciones esotéricas. Ello supone que, sea cual sea la manera como abordemos la cuestión, no ha de sorprender que Empédocles emplee la doctrina de la reencarnación en el marco de un poema exotérico como si de un escaparate se tratara, no sólo para atemorizar a su público, sino también para estimularlo; mientras que, paradójicamente, en el documento más esotérico puede parecer que, desde el punto de vista formal, Empédocles esté dando menos cuando en realidad está ofreciendo más, toda vez que al discípulo le proporciona los principios clave que, con el tiempo, le permitirán responder a cualqueir pregunta por sí mismo.»

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