domingo, 25 de julio de 2010

El chamanismo y las técnicas arcaicas del éxtasis, M. Eliade (5)

Mircea Eliade, El chamanismo y las técnicas arcaicas del éxtasis, Ed. Fondo Cultura Económica, pp. 384-385:
«Hemos dicho que la experiencia extática es un "fenómeno originario" porque no vemos razón alguna para considerarla como el producto de un determinado momento histórico, esto es, como engendrada por una cierta forma de civilización; nos inclinamos más bien a considerarla como constitutiva de la condición humana y, en consecuencia, conocida por la humanidad arcaica, en su totalidad; lo que se modificaba y cambiaba con las diferentes formas de cultura y de religión era la interpretación y la valoración de la expereincia extática. Ahora bien, ¿cuál era la situación histórico-religiosa en el Asia central y septentrional, en los lugares en que, posteriormente, el chamanismo cristalizó como un conjunto autónomo y específico? En todas estas comarcas, y desde los tiempos más remotos, era conocida la existencia de un Ser Supremo de estructura celeste, que, morfológicamente, se corresponde, por otra parte, con todos los demás Seres Supremos celestes de las religiones arcaicas (véase nuestro Traité d'histoire des religions, cap. II). El simbolismo de la ascensión, con todos los ritos y los mitos que de él dependen, debe relacionarse con los Seres Supremos celestes: ya sabemos que la "altura" era santificada como tal altura, que muchos dioses supremos de los pueblos arcaicos se llaman "El de lo alto", "El del Cielo" o simplemente "Cielo". Este simbolismo de la ascensión y de la "elevación" conserva su valor y su actualidad religiosos incluso después del "alejamiento" del Ser Supremo celeste; porque, como se sabe, los Seres Supremos pierden poco a poco su actualidad en el culto, dejan el sitio a figuras o a formas religiosas más "dinámicas" y más "familiares" (los dioses de la tormenta y de la fecundidad, los demiurgos, las almas de los muertos, las Grandes Diosas, etc.). El conjunto mágico-religioso que por costumbre recibe el nombre de matriarcado muestra con mayor clarridad la transformación del Dios celeste en un deus otiosus. La disminución, o incluso la total pérdida de la actualidad religiosa de los Seres Supremos uranios, está en ocasiones señalada en los mitos que aluden a una época primordial y paradisíaca en que las comunicaciones entre el Cielo y la Tierra eran fáciles y accesibles para todo el mundo; después de un acontecimiento cualquiera (y especialmente de una culpa contra algún rito), estas comunicaciones quedaron interrumpidas y los Seres Supremos se retrajeron al más alto de los Cielos. Repitámoslo: la desaparición del culto del Ser Supremo celeste no ha hecho caducar el simbolismo de la ascensión con todas sus consecuencias. Como hemos visto, este simbolismo aparece en todas partes, y en todos los textos histórico-religiosos. Ahora bien, el simbolismo de la ascensión desempeña un papel esencial en la ideología y las técnicas chamánicas.
»Hemos observado en el capítulo precedente en qué sentido el éxtasis chamánico podría ser considerado como una reactualización del illud tempus mítico en que los hombres podían comunicarse in concreto con el Cielo. Es indudable que la ascensión celeste del chamán (o del medicine-man, del mago, etc.) es una supervivencia, profundamente modificada y a a veces degradada, de esta ideología religiosa arcaica que tenía su centro en la fe en un Ser Supremo celeste y en la creencia de las comunicaciones concretas entre el Cielo y la Tierra.

No hay comentarios:

Publicar un comentario