domingo, 14 de marzo de 2010

Fedro, o de la belleza

(Escuela de Atenas, en la Stanza della segnatura del Vaticano, Rafael)
Platón, Fedro, o de la belleza, Ed. Prisa - Aguilar, pp. 247-248:
«(...) los antiguos que pusieron nombres a las cosas no consideraban la locura (manía) como algo vergonzoso ni como un oprobio, pues de ser así no habrían enlazado ese nombre a la más hermosa de las artes, la que juzga el porvenir, llamándola maniké, adivinación. Por el contrario, le dieron ese nombre juzgando que la locura es una cosa hermosa siempre que tiene origen divino. Los modernos, privados del sentido de lo bello, le han dado una t, y la llaman mantiké. Del mismo modo, a la indagación del porvenir llevada a cabo por hombres en su sano juicio mediante las aves y otros signos, dieron los antiguos el nombre de oionoistiké, porque con ayuda de la reflexión suministraba a la opinión de los hombres (oiesis) comprensión (nous) e información (historia), y actualmente la llaman los modernos oiônistiké, con una ò, ¡para hacerla más venerable! Pues bien: en la medida en que tiene el arte del adivino más perfección y dignidad que la del augur, tanto por lo que se refiere al nombre como por lo que se refiere a la función, en esa misma medida, según el testimonio de los antiguos, es más hermosa la locura que procede de la divinidad que la cordura que tiene su origen en los hombres.»

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