miércoles, 25 de agosto de 2010

Una realidad aparte, C. Castaneda (4)

Carlos Castaneda, Una realidad aparte, Ed. Fondo Cultura Económica, pp. 100-101:
«Ya deberías saber a estas alturas que un hombre de conocimiento vive de actuar, no de pensar en actuar, ni de pensar qué pensará cuando termine de actuar.
»Por eso un hombre de conocimiento elige un camino con corazón y lo sigue: y luego mira y se regocija y ríe; y luego ve y sabe. Sabe que su vida se acabará en un abrir y cerrar de ojos; sabe que él, así como todos los demás, no va a ninguna parte; sabe, porque ve, que nada es más importante que lo demás. En otras palabras, un hombre de conocimiento no tiene honor, ni dignidad, ni familia, ni nombre, ni tierra, sólo tiene vida que vivir, y en tal condición su única liga con sus semejantes es su desatino controlado. Así, un hombre de conocimiento se esfuerza, y suda, y resuella, y si uno lo mira es como cualquier hombre común, excepto que el desatino de su vida está bajo control. Como nada le importa más que nada, un hombre de conocimiento escoge cualquier acto, y lo actúa como si le importara. Su desatino controlado lo lleva a decir que lo que él hace importa y lo lleva a actuar como si importara, y sin embargo él sabe que no importa; de modo que, cuando completa sus actos se retira en paz, sin pena ni cuidado de que sus actos fueran buenos o malos, o tuvieran efecto o no.
»Por otro lado, un hombre de conocimiento puede preferir quedarse totalmente impasible y no actuar jamás, y comportarse como si el ser impasible le importara de verdad; también en eso será genuino y justo, porque eso es también su desatino controlado.»

martes, 24 de agosto de 2010

Relatos fantásticos, Mircea Eliade


Mircea Eliade, Relatos fantásticos, Ed. Kairós, p. 98:

«Y, a pesar de ello, algo había de cierto en la comparación de usted, pero únicamente si contemplamos las cosas desde una perspectiva completamente diferente. El Espíritu está siempre camufalado en la Materia, pero su razón de ser allí (si está preso o se halla provisionalmente porque está activo y así sucesivamente) la sabrá más tarde. Por otra parte, éste es el Enigma, así, con mayúscula, al que nos tenemos que enfrentar todos, la adivinanza que se plantea de modo inexorable a todos los hombres: cómo reconocer al Espíritu si está camuflado en la Materia, es decir, si, en el fondo, es irreconocible. Y así somos también nosotros, todos nosotros, señor filósofo, no sólo indestructibles, como usted decía, sino también irreconocibles.»

lunes, 23 de agosto de 2010

Una realidad aparte, Carlos Castaneda (3)

(Vaso íbero, joven cogiendo un carnassier por la lengua)
Carlos Castaneda, Una realidad aparte, Ed. Fondo Cultura Económica, pp. 288-289:
«-(...) Cuando un guerrero se ve en tales aprietos, sencillamente le vuelve la espalda al aliado sin pensarlo dos veces. Un guerrero no se entrega; por eso no puede morir del susto. Un guerrero permite que el aliado venga sólo cuando él ya está listo y preparado. Cuando es lo bastante fuerte para forcejar con el aliado, ensancha su abertura y va para afuera, agarra al aliado, lo tiene sujeto y le clava la vista exactamente el tiempo que necesita; luego hace los ojos a un lado y suelta al aliado y lo deja ir. Un guerrero, mi amiguito, es alguien que siempre manda.»

martes, 17 de agosto de 2010

Una realidad aparte, Carlos Castaneda (2)

Carlos Castaneda, Una realidad aparte, Ed. Fondo Cultura Económica, p. 262:
«Los espíritus de ojos de agua son propios de determinados sitios. El que llamé en tu ayuda es uno que yo conozco. Me ha ayudado muchas veces. Habita en aquella cañada. Cuando lo llamé en tu ayuda, no eras fuerte y el espíritu te dio duro. No era ésa su intención -no tienen ninguna- pero te quedaste allí tirado, muy débil, más debil de lo que yo suponía»

domingo, 15 de agosto de 2010

Una realidad aparte, Carlos Castaneda

Carlos Castaneda, Una realidad aparte, Ed. Fondo Cultura Económica, p. 51:
«- (...) Me gusta sentarme en parques y en terminales y observar. A veces localizo en el acto a un aliado; otras veces sólo puedo ver gente de verdad. Una vez vi dos aliados sentados en un autobús, lado a lado. Esa es la única vez en mi vida que he visto dos juntos.
»- ¿Tenía algún sentido especial que viera usted dos?
»Claro. Todo lo que hacen tiene sentido. De sus acciones un brujo puede, a veces, sacar su poder. Aunque un brujo no tenga aliado propio, mientras sepa ver puede manejar el poder observando las acciones de los aliados. Mi benefactor me enseñó a hacerlo, y durante años, antes de tener mi propio aliado, buscaba yo aliados entre las multitudes, y cada vez que veía uno eso me enseñaba algo.»

viernes, 13 de agosto de 2010

El fruto de la nada, Maestro Eckhart (5)

Maestro Eckhart, El fruto de la nada, Ed. Siruela, pp. 161-162:
«¿Cómo puede ser él una luz, si es incomprensible?, y respondo: precisamente porque es incomprensible es por lo que es una luz. Y por otro lado digo: la incomprensibilidad es una luminosidad y [ésta] es tan abierta proque su incomprensibilidad está vertida sobre su infinitud. Al haber sido vertida su infinitud sobre su simplicidad y sobre su pureza, eso hace que en Dios haya una luminosidad. Por eso es correcto decir que Dios es una luz. Aquí tienes que saber que, gracias a la luz divina, la perspectiva de esta verdad no se aprende en la escuela en los ejercicios de las criaturas, sino que se aprende en la escuela de todas las renuncias y de la separación de las criaturas. En esa enseñanza el cielo debe ser la escuela, el libro debe ser un corazón puro, la lección debe ser la eternidad, el maestro debe ser la luz increada y también la verdad. Es lo que creía David cuando dijo: "Oh Dios, en tu luz vemos la luz" [Sab 35, 10].»

jueves, 12 de agosto de 2010

Segunda epístola a los corintios

[2 Cor 3, 18], tomada de El fruto de la nada, del Maestro Eckhart, p. 55.
«Seremos transfigurados completamente y transformados.»