miércoles, 30 de marzo de 2011

La perra de Alejandría, P. Pedraza (2)

Pilar Pedraza, La perra de Alejandría, Ed. Valdemar, p. 88:

«El hecho de que Bárbaro fuera un buen alumno no impedía que estuviera en desacuerdo con las teorías de Melanta, especialmente las relativas a la importanica del cuerpo, porque para los cínicos el cuerpo constituía la única posesión del hombre, mientras que para los órficos lo importante era el alma. Melanta no pertenecía formalmente a ninguna secta ni escuela. Era pagana a la antigua usanza, aunque se sentía especialmente unida a Dioniso. Para ella, Dioniso Zagreo representaba la embriaguez espiritual del contacto con la divinidad. Su descuartizamiento a manos de los Titanes era un ardiente símbolo de la pasión y las amarguras del alma que tiende a lo sublime desde la cárcel del mundo. En la práctica, aquellas ideas tenían mucho que ver con el cristianismo, tal como lo entendía Bárbaro, sobre todo cuando Melanta se refería a la necesidad de despojarse del elemento terrestre, propio de los Titanes, en favor de la luz del Dios»

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