miércoles, 9 de febrero de 2011

Guerra y guerra, L. Krasznahorkai (3)

László Krasznahorkai, Guerra y guerra, Ed. Acantilado, pp. 132-133:
«(...) y enseguida se presentó el alba, que con los primeros rayos del sol encontró a los cuatro ya fuera, delante de la casa, agachados todos sobre la hierba junto a una de las higueras, observando el anuncio todavía velado de la luz, mirando la salida del sol en el lado oriental de la bahía, pues todos coincidían en que pocas cosas había más bellas en la Tierra que la salida del sol, que la aurora, dijo Kasser, ese ascenso maravilloso, esa repetición portentosa del nacimiento de la luz, esa celebración derrochadora del retorno de la vista, de los perfiles y de la nitidez, esa fiesta de todo retorno y del retorno de la propia plenitud, agregó Falke, el momento de la seguridad, de la regularidad y del orden, el nacimiento y la ceremonia central del nacer, a buen seguro que no había nada más hermoso, se sumó Kasser, y todavía no habían dicho nada sobre cuanto ocurría en un hombre que veía todo eso, que se convertía en testigo silencioso de tal hechizo, sí, dijo Falke, pues si bien indicaba una dirección contraria que la puesta, la aurora, con su sobra claridad, era comienzo y partida, fuente de energía benéfica, al igual que la primera, pero también manantial de la confianza, señaló Kasser, pues cada mañana implicaba una confianza absoluta, y cuántas cosas más, añadió Falke (...)»

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