martes, 8 de febrero de 2011

Guerra y guerra, L. Krasznahorkai (2)

László Krasznahorkai, Guerra y guerra, Ed. Acantilado, pp. 57-58:
«(...) eso es lo que le enseñó Hermes, el dios de los caminos nocturnos, el dios de la nocturnidad, de la noche cuyo poder, en presencia de Hermes, se extiende inmediatamente también al día, pues tan pronto como se presenta en un lugar, enseguida transforma el mundo humano, dejando en apariencia que el día sea día, reconociendo en apariencia el poder de sus compañeros olímpicos, permitiendo que todo transcurra, en apariencia, según los planes de Zeus, mientras que Hermes susurra a sus súbditos que esto no es del todo así, y los introduce entonces en la noche, les enseña el caos increíblemente complejo de los caminos, los enfrenta a lo repentino, lo inesperado, lo imprevisible y lo casual, con las difusas ventajas del riesgo y de la propiedad, de la muerte y de la sexualidad, en una palabra, expulsa a sus súbditos de la claridad de Zeus y los inicia en la oscuridad hermética (...)»

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