sábado, 20 de noviembre de 2010

Los nombres secretos de Walter Benjamin, G. Scholem

Gershom Scholem, Los nombres secretos de Walter Benjamin, Ed. Trotta, pp. 71-72:
«El ángel que Paul Klee evoca en su pintura era ciertamente enigmático, si bien enigmático de un modo completamente diferente que el ángel, digamos, de las Elegías de Duino y otros poemas, en los cuales el elemento judío del mensajero que trae consigo un mensaje se ha perdido por completo. En hebreo, efectivamente, la palabra para “ángel” es idéntica a la que se emplea para “mensajero” (mal’aj) (…) A esto se añadía para benjamín otra concepción de la tradición judía: la del ángel personal de cada ser humano, que representa su más secreto yo y cuyo nombre, sin embargo, permanece para él oculto. En figura de ángel, pero en parte también en la de nombre secreto, el yo celestial del ser humano (como el de todo lo creado) está tejido en una cortina que cuelga delante del trono de Dios. Este ángel ciertamente puede también entrar en oposición y en una relación de tensión con la criatura terrenal a la que debe acompañar.»

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